Rogelio Morales Cattani
Existen cierto tipo de lesiones que no dan sintomatología, y existen síntomas en ausencia de lesiones. ¿Cómo comprender esta curiosidad médica si la traspasamos al campo de lo político y de lo social en la época que estamos viviendo, con una delincuencia desatada?
Los gobernantes, rodeados de seguridades pagadas por todos, ya se han dado cuenta que existe una población ‘enferma de miedo’ debido a la inseguridad que muchos gobiernos no han podido combatirla. Los ‘discursos cursis’ que mencionaban que se está trabajando para el futuro de nuestros hijos ‘han sido paja’, porque lo que se requería y se requiere son acciones concretas en tiempo presente.
Somos un pueblo lesionado en su entorno más íntimo, que es la familia, amenazada por la delincuencia común que asesina a sangre fría hasta por un celular. Familias víctimas de extorsiones inimaginables, como aquella de pedir ‘vacunas’ (dinero) para no asesinar a los niños que salen de las escuelas, o pedir ‘vacunas’ (dinero) a todo tipo de negocio, por pequeño que sea, o las que a diario se realizan a cualquier profesional o ciudadano. Hemos tocado fondo, las ‘lesiones’ están allí, una sociedad desamparada que no da ‘síntomas’ porque ha perdido la capacidad de reacción y porque está amedrentada y desarmada, en estado de shock.
El otro aforismo que explica que pueden existir ‘síntomas’ aún en ausencia de una enfermedad, en medicina podría catalogarse como algún trastorno de hipocondría, pero en el diario vivir de los ecuatorianos no es así. Acá sí existen síntomas, que es lo que el paciente o pueblo expresa, y existen signos, que es lo que el médico y el gobernante aprecian. Acá existe una sociedad con síntomas y signos que no han sido atendidos ni correctamente tratados.
Ya basta de ‘paños tibios’. Dejemos el miedo y seamos más participativos como barrio, como ciudad y como país, comprometidos con el pueblo y tomando decisiones ahora.