Ser madre migrante

Maureliz Delgado

Maureliz Delgado

Al llegar a un nuevo país nos vemos abocadas a elegir entre cuidar a los hijos o buscar un empleo, pues la conciliación para nosotras es un poco más difícil

Muchas madre migrantes no cuentan con otro familiar que puedan cuidar de sus hijos mientras ellas laboran,  eso implica que deben cancelar a una tercera persona para el cuido de los niños, otras optan por trabajar desde casa o se los llevan ya  que son utilizados por sus padres para pedir limosnas u ofreciendo algún productos para generar dinero para las necesidades básicas.

Nuestra experiencia de migrar es muy diferente a la de un hombre,  nos esforzamos más por el bienestar de nuestros hijos.

Los servicios gratuitos para el cuidado de los niños pueden disminuir esas dificultades, pero no suelen resolverlas. Ya que no hay instalaciones disponibles cerca del hogar o cerca del trabajo de las personas. Y en muchos casos,  las solicitantes  migrantes son discriminadas por su nacionalidad, falta de documentos, etc.

Las madres que logran conseguir un trabajo puerta adentro y no tienen cupo en un CIBV por falta de documentos, tienden a sacrificar al hijo mayor para que  esté a cargo del cuidado del menor,  se le vulnera el derecho al estudio y a su libre recreación, debe ayudar a su madre en ese aspecto.

No es que a la madre no le importe que su hijo mayor no estudie, sino que con  el bajo sueldo se le imposibilita el pago de una niñera.

Otras madres son explotadas laboralmente, los empleadores se aprovechan de la necesidad de estas mujeres, los sueldos son muy por debajo del salario mínimo establecido.

Se les hace imposible regularizarse para mejorar las condiciones laborales, con el poco sueldo que reciben deben de cubrir sus necesidades básicas y no les alcanza para ahorrar para  trámites legales.

Ser madre soltera es luchar el doble  por tus hijos y  la lucha es triple si eres migrante.

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