Han sido semanas muy difíciles para nuestro país que enfrenta una crisis no solo económica, sino también a nivel político y social. Según cifras de Petroecuador se han dejado de producir 78 mil barriles de petróleo durante los días de manifestaciones. Se ha evidenciado desabastecimiento en varios sectores, especialmente en el sector agrícola y avícola y con ello muchas pérdidas que siguen en aumento. Las pérdidas no solo han sido económicas, también se han sumado vidas.
Los reclamos y las propuestas se han puesto en manifiesto por parte de los ciudadanos, sin embargo, no se ha llegado a la mesa de diálogo para tratar los diferentes puntos. Mientras esto sigue sin definirse se presenta un país dividido; por un lado, aquellos que están a favor del régimen y por otro lado aquellos que quieren ser escuchados. ¿Por qué la mediación ha demorado tanto?
La pandemia y la guerra mundial, han afectado en gran parte a la población, especialmente a los más pobres. Para este año se estima que el índice de pobreza aumentará de un 29,7% a un 30,3% según la Cepal. La inflación en el país llegó a un 3,38% con lo que el precio de la canasta básica en el país se disparó a USD 735,15 según cifras del Inec siendo el registro más alto en la historia. Se tacha de “violentos”, “que quieren todo gratis” o “terroristas” a personas de las que no se sabe nada de su vida. Creo que los puntos que se exigen son claros; está bien alzar las voces en contra de políticas que pueden afectar, pero debe ser de forma responsable y pacífica, porque cuando es de otra forma ya se vuelve autoritario y antidemocrático. No generalizo porque sé que no son todos.
Todos queremos trabajar y seguir adelante, pero ¿Cómo se puede lograr, si no hay diálogo? Es claro que todos queremos la PAZ, esta es esencial para poder avanzar en cualquier aspecto, pero esta debe iniciar con acciones positivas que no beneficien solo a un pequeño grupo sino a un país.