Revoluciones

Rogelio Morales Cattani

Rogelio Morales Cattani

Las revoluciones inglesa, francesa y americana, distintas y motivadas por diversas causas, han sido consideradas “forjadoras de derechos”. En todas ellas se hace alusión a la igualdad entre los seres humanos, que teniendo orígenes distintos, cuando nacemos tenemos derecho a la vida, libertad, justicia, salud, trabajo digno, educación, etc., que ayuden a tener momentos felices, pero lo que provoca felicidad en un grupo no necesariamente lo hace en otro. De esta manera, aún “revoluciones” que se iniciaron por causas justas muchas veces terminan siendo controversiales y con más gente descontenta, porque se pierden en el camino y terminan siendo las mismas minorías, u otras con los mismos desvíos. 

En Ecuador, no estamos exentos de convivir con grupos fanáticos y existen personas que se sienten respaldadas por un líder que, al igual que él, se han beneficiado del poder y sus canonjías. Este tipo de comportamientos alterados básicamente tienen dos lecturas. La primera es que “quienes han pecado” con el consentimiento del líder y su grupo de poder están comprometidos y deben una obediencia ciega. En la segunda están aquellos aspirantes a ser millonarios que han sido testigos de cómo se enriquecieron otros y que aspiran a entrar en la rueda o el carrusel de la deshonestidad y el enriquecimiento ilícito, sabiendo que, a cambio de lealtad y alcahuetería, tendrán el respaldo del líder y su “comité de fiestas”.

Ante la evidente alteración de valores, tanto dirigentes como dirigidos tienen la posibilidad de ser descubiertos. Para esto, estarían los organismos que se prestarían a darles inmunidad o impunidad para que siga la fiesta. 

Una revolución busca cambios profundos en las estructuras del Estado, diferente a aquellas que han cambiado las condiciones económicas de los pseudos revolucionarios y han destruido las estructuras del Estado y la moral pública. Cruda realidad que no les gusta escuchar.

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