Retos

Diana Luzuriaga

El Paro Nacional es la expresión más clara de la fragmentación social que vive nuestro país, debido a varios factores, pero, por su relevancia para el momento que atravesamos menciono dos: la falta de institucionalidad democrática; y, una ciudadanía carente de verdaderos valores democráticos y escaso conocimiento del ejercicio de sus derechos.

La importancia de la institucionalidad radica en el conjunto de normas que constituyen un puente de comunicación entre la sociedad, el Estado, el mercado y los ciudadanos, y dan certidumbre a las actividades privadas y públicas, sin que quede a voluntad del gobernante de turno cumplir o no, pues los mecanismos y condiciones de trabajo están establecidos.

En cuanto al segundo aspecto al que hago referencia, Ecuador necesita una transformación social desde las bases que somos el pueblo, las minorías nos dominan, decisiones de pocos afectando a todos, y sumisos callamos. Los partidos políticos no funcionan, solo se activan en época electoral, para pelear candidaturas, pero no forjan liderazgos, ni fortalecen la participación ciudadana o el debate.

En este contexto, no se puede desconocer el protagonismo de agentes sociales como el movimiento indígena que desde la época de los 90 fue surgiendo de manera progresiva, y han logrado incidir en la política pública nacional. Es necesario diferenciar entre protesta social como justo derecho que implica respeto y vandalismo como un hecho de violencia en el que caen ciertos individuos y merece no solo sanción sino el repudio de toda la sociedad.

Los retos que enfrentamos parten del reconocimiento de una crisis profunda de gobernabilidad. Debemos entender que la inequidad hace que unos sufran más los ajustes económicos que otros y que mientras la salud y educación se sientan como privilegios no existirá democracia.

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