El final de un ciclo y el comienzo de uno nuevo se aproximan, nos encontramos cerca de los 365 días del vigésimo primer año del siglo XXI, sin duda han sido tiempos difíciles, en medio de una pandemia que no cesa, crisis carcelarias, corrupción, delincuencia, desempleo, cambio climático, sin embargo, la esperanza, las expectativas y los sueños prevalecen a pesar de las adversidades.
A algunos les ha ido mejor, a otros quizás no tanto, tal vez unos cumplieron sus propósitos y partieron a la eternidad, mientras otros son guerreros que luchan con una enfermedad letal o consigo mismos, quizás hay familias que están juntas y otras que se acompañan con el corazón y los recuerdos, así como también personas que comparten con su propia soledad.
Las cosas positivas traen alegría y bienestar al ser humano, también nos permiten ser agradecidos, y lo negativo nos deja enseñanzas y aprendizaje lo cual nos ayuda a tomar mejores decisiones, ser guía para otros, empáticos con nuestro entorno y mejores seres humanos. Sea cual sea la situación en la que nos encontremos, debemos levantarnos nuevamente si es necesario y seguir adelante en esta increíble línea del tiempo llamada VIDA, no hay que rendirse, no hay que conformarse, recuerde siempre que las cosas pasan y todo tiene su tiempo. Luchemos día a día por construir y convertirnos en nuestra mejor versión.
Si actualmente se encuentra con salud y rodeado del amor de sus seres queridos considérelo ya una gran bendición, caso contrario, recuerde que todo tiene su razón de ser y es parte de la vida misma, vendrán mejores momentos. Rememore esta frase: “El ayer es historia, el mañana es un misterio, pero el día de hoy es un regalo”. Con ese vino dulce o ese trago amargo, salud, paz, amor, felicidad y prosperidad para este nuevo año.