¡Qué atención médica!

Luis Intriago Luna

Luis Intriago Luna

Es lamentable la paupérrima atención médica que prestan los centros y subcentros del Ministerio de Salud, al menos en el cantón El Carmen y en la provincia Santo Domingo de los Tsáchilas. Hemos realizado visitas de pacientes que vienen del campo, algunos de emergencia; pero ahí no manejan la situación con técnicas de triage, para saber a qué atenerse y siguiendo un orden de llegada por prioridad de emergencia. Además, el trato despótico y grosero, hace que aún los más humildes se rebelen ante tanta negligencia y prepotencia, no de los médicos, sino del personal operativo, a quienes se observan dando turnos a discreción, sin cumplir un orden de llegada o por el tipo de emergencia.

Pensamos que a esos lugares recónditos del país no llega la visita de las autoridades de Salud, sería imperioso que observen el desparpajo y el irrespeto como tratan al paciente que busca sus servicios por falta de recursos; causa tristeza el maltrato oprobioso que reciben.

El trato en el hospital del IESS es mucho mejor, quizás porque se dan cuenta que el nivel de usuarios es más preparado, ya sea por ser empleado o jubilado. No obstante, creemos que no debería existir diferencia al momento de servir bajo ese apostolado hipocrático. Son falencias que el Ministerio de Salud debería corregir con regularidad, para hacer más cálida la atención y permitir que cada paciente encuentre lo que vino a buscar, que es salud.

Dos horas y media resistió una señora de 74 años, hasta que le dio un vértigo y cayó de sus propios pies, en el centro de salud de El Carmen, no aguantó la espera, cuando se protestó, dijeron los auxiliares: “Deberá esperar un poco más porque aún estamos en el cambio de guardia y no creo que la vayan a atender ahora”. La indignación creció tanto que algunos usuarios respaldaron a la señora que tuvo que salir a buscar otra solución, porque su dolor ahí no fue atendido.

Igual en los centros de Santo Domingo, estos creen ser dueños, no hay poder alguno que los haga cambiar para manejar y dar una buena atención a los pacientes. Hasta que las autoridades se den cuenta del trato en los centros  y subcentros de salud, que Dios nos ampare.

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