Parásitos

Ruby Mena Melo

Ruby Mena Melo

Tenemos el derecho de alejarnos de alguien que ya no es adecuado para nosotros. Las relaciones cambian, las personas también, y eso no es necesariamente algo malo.

Nadie es totalmente malo ni totalmente bueno, pero debemos mantenernos atentos para evitar los daños emocionales innecesarios. No se trata de colocar a los demás en una balanza ni de asumir una actitud prepotente y descalificadora, sino de madurar y aprender a elegir quién puede entrar en nuestra vida.

Personas que restan son aquellas que laceran tu autoestima, las que siempre tienen un problema para cada solución, que se apresuran a criticar sin importar lo que hagas, que infunden miedo y aumentan el nivel de incertidumbre; son parásitos que actúan como vampiros emocionales succionando tu energía, contagiándote su pesimismo e impidiendo que crezcas.

Al estar con personas que desgastan, hay que ser conscientes de que pasar tiempo con ellas tienen un precio muy alto porque tendremos que estar siempre a la defensiva.

A nuestro lado deben estar quienes nos inspiren a ser mejor, que se alegren de nuestras victorias y que estén con nosotros durante el proceso de estas, no quienes nos llenen de frustración.

Diseñar la vida de uno mismo forma parte de nuestra evolución personal, es evidente, por la condición humana, que a lo largo de los años encuentres personas que se mofen de tu proyecto y de tu persona; entonces será el momento de mirar hacia delante, de tener más claras que nunca tus ideas.

Todos, en algún momento, adoptamos actitudes tóxicas. Por eso, es bueno aprender a dirigir el «dedo acusatorio» hacia nosotros mismos. Si esperamos rodearnos de gente positiva y edificante, primero debemos ser así nosotros mismos.

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