Ofensivo y torpe

Orlando Amores Terán

Orlando Amores Terán  

La supuesta meritocracia impuesta por el narcoterrorismo, desde la década infame 2007-17, en la que se estructuró Ecuador como narco-Estado plurinacional oclocleptocrático, destruyó el sentido del mérito que surge de la acción y conducta sostenida en el tiempo, que es lo que merece ser reconocido.

En EEUU, a los fiscales federales los designa el presidente de la República. El Contralor es designado por el Congreso, a petición del Ejecutivo. En Chile, la Corte Suprema selecciona una quina de candidatos que envía para que el presidente escoja a uno, que debe ser aprobado por el Senado. El Contralor es designado por el presidente, con acuerdo del Senado. En Suecia, lo designa la Cámara Legislativa. El Contralor es designado mediante responsabilidad compartida entre el Ejecutivo y el Legislativo. En España, al Fiscal General lo designan las Cortes Generales. El Contralor es designado por el Rey, a proposición del Tribunal de Cuentas.

Como podemos apreciar, del norte al sur tanto de América, como de Europa, no se designa a los más altos funcionarios mediante «examen de conocimientos, méritos, oposición, con «veeduría» social». No solo es ofensivo, sino estúpido, designar los más altos cargos de un país, en base a «exámenes». Se pondera la eficacia, se cuantifica el conocimiento, se mide la eficiencia, pero no se cuantifica la acción o conducta ética, puesto que se trata de decisiones moralmente justas, que comportan un proceder, cuyo valor es intangible. De ahí que al decir de Hugo Altamirano: «el prestigio, no se gana con exámenes». 

Lo que logra el narcoterrorismo mediante la imposición del «examen», es asegurar que «obtengan» las mayores calificaciones, sus esbirros. De ése modo impiden que personas prestigiosas, asuman las más altas funciones. Esta anomalía se corregirá, cuando desarmemos la actual estructura de narco-Estado vigente. 

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