Metáfora del árbol

Rogelio Morales Cattani

Voltaire utilizó la metáfora del árbol en una narración que coincidentemente resume a muchos de quienes nos gobiernan: … “En cierta ocasión hubo que escoger un rey entre los árboles. El olivo no quiso abandonar el cuidado de su aceite, ni la higuera la de sus higos, ni la viña la de su vino, ni los otros árboles el de sus respectivos frutos. El cardo que no servía para nada, se convirtió en el rey, porque tenía espinas y podía hacer daño” ….

Somos testigos cómo un pueblo continuamente engañado, para la Asamblea, sigue eligiendo a “cardos que no sirven para nada”. Aquí la historia se repite dos veces; la primera como una gran tragedia con incapaces encaramados en el poder, la otra, una miserable secuencia de pactos, teatro y reparto de privilegios, libertad a los delincuentes, por ejemplo.

Para descargo del pueblo, los candidatos no siempre salen de sus bases, son el resultado de “pactos” realizados en oficinas donde funcionan esas pandillas que siempre terminan apoderándose del poder. Los ricos siempre van a preferir la aristocracia, el pueblo la democracia y los reyes la realeza; en este escenario, el pueblo siempre es castigado por los mismos, un grupúsculo de privilegiados que son los que toman decisiones que afectan a la mayoría de necesitados oprimidos económica y socialmente, ahora hasta desprotegidos por un sistema de salud perverso donde pacientes y hospitales sobreviven casi sin medicinas ni insumos médicos.

Somos testigos de ver caminar por las calles de países ricos, a gente pobre engañada, viviendo con la esperanza del cambio que solo se da en las chequeras de los corruptos, familiares, amigos y alcahuetes.

Vergonzosa mediocridad y cinismo de muchos asambleístas, “cardos que no sirven para nada”, gente dañina, maquillada o pintarrajeada sus rostros con máscaras de demagogia barata, ansiosos de dinero que tratan de conseguirlo como sea, a cualquier coste, gestionando cargos públicos, diezmando, o subastando sus asquerosas conciencias en pactos nauseabundos, donde todos ganan, menos el pueblo.

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