Orlando Amores Terán
La contribución de Moreno fue importante, porque desaceleró el viaje hacia el pobrismo comunista. Revisando los hechos, si se hubiese posesionado a Lasso en 2017, los responsables de la década infame 2007-17 estarían en pleno ejercicio del poder desde 2021, no a través de sus funcionales, ni peones obsecuentes al narcoterrorismo internacional, autodenominado socialismo del s.XXI, sino directamente ellos, reeditando la infamia y precipitando la cubanización.
Quienes han asumido el poder por disposición del CNE, a partir de 2021, no han marcado el rumbo, han adoptado políticas incoherentes, aisladas, no estructurales, de maquillaje, irresponsables, para engañar a incautos, a asustados por los actos perversos del brazo armado del hampa política, a tal punto que creen que la causa de todo es la inseguridad, y se allanan a que el Estado les robe libertades, les sustraiga dinero, con tal de percibirse medianamente seguros; sin comprender que no hay seguridad posible, si es que no se marca el rumbo del Ecuador, sacándolo del sistema narco-Estatal que es el que genera inseguridad, corrupción, fraude electoral, injusticia, impunidad, anula la reacción legítima de la fuerza pública ante el crimen, porque en esencia es un sistema criminal que antepone los derechos humanos y el garantismo penal de los delincuentes y terroristas, al interés general de la sociedad, sus instituciones y las víctimas.
Mientras mantengamos incólume el narco-Estado, el crimen prosperará, no se estimulará la inversión, no crecerá el mercado, habrá más intervencionismo estatal, por tanto menos libertad, más burocracia, menos desarrollo individual, mayor pobreza.
Ya es hora de entender en dónde está el problema y quienes son los responsables de mantenerlo inalterado, disponiendo del instrumento jurídico, para restaurar la República.