Emily Torres Larriva
La suerte sí existe para quienes se sientan a esperarla, posiblemente algún día llegue, sin embargo, para mí las oportunidades se materializan con el esfuerzo, el sacrificio y la lucha constante de nuestros sueños.
A mis 38 años de vivencias, me he encontrado en diferentes arenas, en la cúspide, y en el fango, en la pobreza y riqueza, en la abundancia y escasez, días que quisiera borrar de mi historia y días que añoro volver a repetir.
En este viaje que llamamos vida, he aprendido que nada es imposible si día a día trabajamos por ello, el conocimiento es hermano de la perseverancia y ellos, no pueden divorciarse de los valores. Es una trilogía, que actúa de manera conjunta, realizando cada uno un papel crucial.
En estos días podemos ver que se construyen imperios, grandes empresas que carecen de interés social, que no cuentan con valores y que no se involucran con la sociedad, seguramente estas instituciones solo conseguirán dinero.
Se dice que la ausencia de valores se ha convertido en una pandemia contra la que nadie quiere luchar, es una pandemia que la aceptamos como propia, cada día estamos más enfermos, más descompuestos de este mal, necesitamos encontrar la vacuna pronto, porque el futuro que nos espera es desalentador.
El camino fácil está presente, timbrando la puerta todos los días, la corrupción, la falta de honestidad, la antipatía y el egoísmo se sube en este carril y nos lleva a obtener resultados sin sacrificio, títulos sin estudio, cargos sin méritos y en esta atmósfera bamboleamos a diario.
Que estas vicisitudes lamentables, se conviertan en estimulación, en impulso, que nos lleven a buscar una transformación social, dejemos la queja y empecemos el cambio. Estamos llamados a entender que el reconocimiento, los logros alcanzados y los ingresos económicos deben ser el único resultado de la trilogía: conocimiento, perseverancia y valores.
“Una mala persona no llega nunca a ser un buen profesional” Howard Garner