Estamos en el sexto mes del año. Esto suena fácil de leer, pero ¿Sabemos que estamos a la mitad? ¿Cómo va esta lista de propósitos? ¿Nos dirigimos hacia algo, o solo estamos respirando y sobreviviendo? Es hora de parar y preguntarnos si estamos en el camino correcto. Siempre he creído que la vida es una calle de un solo sentido, avanzando. A veces se tiene que dejar personas, trabajo, amistades y amor. Es difícil aceptar que no son para nosotros, pero siempre recomiendo desearles lo mejor, sin importar las circunstancias. Soy fiel creyente de que algunas personas tienen un propósito de enseñanza en nuestras vidas que, una vez logrado, debemos dejarlo ir para que podamos seguir creciendo y aprendiendo. Por eso es importante dejar fluir la vida, no apegarse, abrir las manos y el corazón para poder recibir lo que es de nosotros. Creo que la vida ya es una razón para celebrar. Es necesario estar agradecidos con ella y prestar atención a los regalos cotidianos como la voz de nuestros seres queridos, nuestra capacidad de volver a reír en momentos difíciles y los detalles que la naturaleza nos regala como esperanza en días complicados. Además, es importante dejar de lado la culpa y comenzar a perdonar y perdonarse a sí mismo. Estamos a tiempo y nos queda tiempo para lograr lo mejor: mentalizar una prioridad, luego fijarnos metas y luchar por ellas. Basta de lamentarse, preocupémonos de hacer nuestra parte, todo lo demás vendrá, si no, cambia de rumbo, pero hay que seguir adelante. Recordemos que el tiempo no se detiene, de la misma manera, abandonemos la necesidad de quedar bien con otras personas y vivamos concienzudamente, por eso creo que vivimos los mejores momentos para reflexionar y analizar si estamos donde queremos estar o si es hora de cambiar nuestro rumbo actual para crear retos que nos saquen de nuestra zona de confort y nos empoderen para ir más allá de nuestros miedos. Recordemos escoger ser el héroe de nuestra historia en lugar de víctima.
Héroe de nuestra historia
