Forasteros

Henry Basurto Jimbo

Henry Basurto Jimbo

Decenas de latinoamericanos han decidido, y decidieron, tomar rumbos fuera de sus países de origen. Muchos de ellos por la necesidad apremiante de buscar mejores días para sus seres queridos. En el caso ecuatoriano, desde 1990, el querer vivir el sueño americano trajo consigo la rotura de relaciones familiares, sociales y, aún más, el hecho mismo de renunciar a intentar emprender en alguna idea de negocio que funcione y le dé fuentes de empleo a otros ecuatorianos.

Los testimonios de muchos que han logrado emigrar a tierras americanas, en su gran mayoría, logran coincidir en un hecho que es irrefutable: el vivir el sueño americano puede convertirse en una verdadera pesadilla. El simple hecho de llegar a una tierra desconocida, en la que el trato será, muchas veces, de verdadera esclavitud, no es para precisamente darse la vida de lujos que se busca, pues los primeros meses, pueden ser verdaderos tormentos.

Respeto mucho el hecho de que hay una gran cantidad de personas que se endeudan para poder pagar un ‘coyote’ para que les haga el aventón de llevarlos a la frontera, pero esos enormes préstamos que lograron obtener y, para que, en algunos casos desgraciadamente mueran en el intento, realmente pueda considerarse la mejor inversión para su vida, pues no significa que llegar a tierras americanas es sinónimo de tener una vida resuelta.

La tierra que nos vio nacer jamás nos expulsará. El vivir como verdaderos hermanos es un gran motivo para empezar de nuevo. Creo que no es necesario ir a buscar en otro lugar lo que no se nos ha perdido. El camino es difícil bajo las condiciones que presta actualmente este pequeño país; sin embargo, el hecho mismo de crear esas condiciones depende del amor colectivo que podamos tener y aún de las decisiones de quienes, en puesto de poder, pueden hacer posible lo que solamente de sueños se atreven a transformarse de nativos a forasteros.

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