Rogelio Morales Cattani
La historia de la humanidad está llena de acciones oscuras e irracionales, de comportamientos fanáticos y patológicos. Hace pocos años, un grupo de musulmanes ordenaron ejecutar a Salman Rushdie por haber escrito el libro: “Los versos satánicos” que consideraron ofensivo a su religión y forma de vida. Se trataba de escarmentar para que nadie se atreva a insultar al islam … (o al líder del grupo).
Por otro lado, varios refugiados de origen islámico, no cesan de intentar invadir otras culturas, lo hacen para imponer sus creencias y formas de vida, en un evidente “fanatismo patológico”.
Las élites de los pseudo revolucionarios criollos, con mucho dinero en sus alforjas, no cesan de cabalgar el campo de la conspiración en su loco afán de regresar al poder, para eso han formado estos grupitos de fanáticos patológicos que andan sueltos sin tratamiento médico y huyendo de la justicia, mientras otros en el país aspiran a “acomodarse”.
Los fanáticos patológicos, generalmente no dudan en ordenar ejecuciones a personas que consideran que interrumpen sus propósitos, o que piensan diferente. Varios temas están pendientes en una Fiscalía que a ratos hace mucho ruido y en otras ocasiones guarda un sospechoso silencio e inacción. Ejemplos sobran: el asesinato del General Jorge Gabela que denunció un negociado que atentaba contra la seguridad nacional, en una evidente traición a la Patria, sospechosamente el informe que podría comprometer a varios fanáticos patológicos, simplemente desaparece. Asesinan al líder y profesor Bosco Wisuma por pensar diferente. Acribillan al periodista Fausto Valdivieso porque supuestamente sabía demasiado, igual que Quinto Pazmiño y su esposa.
Un grupo de fanáticos patológicos que viven bien y sin producir, se han dedicado a aplicar diversas tácticas de infiltración para adueñarse del poder, que fue precisamente lo que los terminó de enfermar.