​​Elecciones claras

Rogelio Morales Cattani

Rogelio Morales Cattani

No todos los caminos conducen a Roma, ni todas las elecciones democráticas son claras y transparentes. La vida de quienes se dedican a la política como profesión, debe ser alterada, llena de sobresaltos y frustraciones. El tener que continuamente mentir como costumbre o fingir como demostración de capacidad, debe causar cansancio y agotamiento.

Del monte sale quien el monte quema”. Es la demostración de quienes, naciendo de hogares convencionales, normales, luego y por cosas del destino (y de la política), destruyen la esperanza de un pueblo al que, a decir de estos grupos, les conviene mantenerlos empobrecidos y distraídos con promesas de un cambio que no llega.

Las viejas y nuevas generaciones que miran la política solo con la óptica de lograr dinero fácil a sabiendas que la inmunidad “juega al pepo”, deben estar convencidos (si tienen conciencia), que muchas veces, y tal como sucede en las organizaciones delictivas, es relativamente fácil entrar en ellas, muy difícil desvincularse, y no piensan que el dinero no es todo en la vida.

Los dirigentes deshonestos que utilizan declaraciones con voces altisonantes o monosílabos son parte de la estrategia de los que están acostumbrados a mentir y ganar elecciones fraudulentas, donde los jueces los pusieron ellos. Sun Tzu, en “El Arte de la Guerra” ya sentenció que oficiales valientes que lideran ejércitos de cobardes, o lo contrario, no tienen buen futuro, porque cuando falta “el honor” en cualquiera de las partes, se fragmentan los cimientos de la sociedad y el equilibrio entre gobernantes y gobernados se quiebra, peor aún, cuando los árbitros (TSE) responden a “las empresas electorales” y no al pueblo.

En Ecuador las elecciones no son claras, cada proceso electoral está rodeado de dudas, incluso por la presencia al modo de “espantapájaros”, de observadores internacionales de países donde existen las mismas dudas.

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