Rogelio Morales Cattani
En cualquier tipo de gobierno, no hay peor período que el posterior a que los autócratas, engreídos o vanidosos, pierdan las elecciones y están por entregar sus cargos, sean estos de elección popular o de nombramiento directo. También sucede en el sector público cuando funcionarios de alto nivel renuncian tardan en reemplazarlos. A esta circunstancia se la conoce como el período del ‘pato cojo’ (lame-duck), donde se siguen tomando decisiones, aunque sepan que sus días como funcionarios, están contados.
Un pueblo pacífico y noble como el ecuatoriano, no puede esperar que los políticos o los empresarios sean quienes arreglen sus problemas. La solución está en dotar a las personas de armas invulnerables como salud, educación, seguridad y trabajo digno, desterrando sectarismos que promueven los autócratas y los extremistas de izquierda o derecha, que, sin equilibrio emocional, gobiernan y toman decisiones, muchas veces viscerales antes que cerebrales.
Los movimientos políticos autoproclamados progresistas, están actuando con gran poder de penetración tecnológica, que indudablemente alguien los financia y en base a ofrecimientos demagógicos han engañado a la gente y se han convertido en corrientes retrógrados en lo social, que es precisamente una de sus banderas de lucha.
Se está actuando en base a trolls asalariados, que viven sin trabajar y son los encargados de combinar noticias de aspecto social y humanitaria, con permanentes consignas políticas donde se incentiva el resentimiento, odio y amenazas contra quienes opinan diferente y esto no termina con la realización de elecciones, más bien en esta etapa si los resultados no han sido los esperados, este grupo se reactiva y vuelve a atacar mediante múltiples acciones camufladas, siempre promoviendo un caos que beneficia a pocos y afecta a todos.