Luis Intriago Luna
Los políticos avezados y fogueados en ocupar cargos públicos, en su afán de volver a gobernar, aseguran al votante que: ya no van a robar más y que ahora sí van a gobernar con manos limpias y corazones ardientes. No obstante, en el elector está creer o no; aunque la experiencia habla de otra realidad, parece que el síndrome de coger lo ajeno se enraíza cuando no se viene de una buena cuna, es decir, criado con valores de moral y buenos principios.
La mentira también es un mal endémico cuyo mayor exponente es satanás y sus seguidores los políticos perversos, estos se han modernizado y le aprendieron más de la cuenta al padre de la mentira (satanás) que descubrieron la técnica del cinismo, la demagogia y el descaro político con tanta frialdad que engañan al humilde, a quienes defiendo con ardor porque no hay derecho de engañar y someter a la burla, el engaño, el escarnio y el irrespeto.
El periodismo tiene una enorme responsabilidad, ya que son los conductores de llevar las orientaciones apropiadas claras y correctas a toda la sociedad, aún en el área política en la medida que no afecte al pensamiento político y democrático, pero sí se hace necesario contribuir al esclarecimiento de la verdad donde haya oscuridad; pues, una sociedad sin orientación periodística desaparecería por la confusión de un pueblo obnubilado .
En esta tarea como en otras del acontecer estatal, ya sea en sus servicios básicos en favor de la población ávida de satisfacción, se debe redoblar esfuerzos para ayudar a divulgar aquellos fenómenos que merecen denunciar como lo hacen los que aman a la patria donde se nace y en defensa de los que no tienen voz.
Hoy desde esta tribuna, en esta hora crucial de decisión política, quienes aspiran tener un presidente de la República con manos limpias y un pasado sin mancha, ameritaría alertar al pueblo a un compromiso de mayor análisis imparcial al margen de cualquier bandería política, compadrazgo o parentesco y razonar el voto, no por el favoritismo personal sino por el inmenso amor a la patria; pensando en quien va con buenas intenciones de ayudar al prójimo y engrandecer con honestidad a la patria ecuatoriana. Hasta que meditemos responsablemente el voto, que Dios nos ampare.