Desarmados y desbaratados

Henry Basurto Jimbo

Las últimas declaraciones hechas por el Presidente de la República, Guillermo Lasso, respecto del seudónimo atribuido a ciertos políticos, señalando y apuntando ciertas mañas a las que algunos están acostumbrados para vender su voto, no causó mucha sorpresa a la ciudadanía en general, ya que en los últimos años hemos normalizado las prácticas oscuras y que se haya dicho por el Presidente de la República, solamente se hizo público lo que en voz baja se rumora en la cotidianidad.

Es verdad que poco o nada hace la Asamblea Nacional para mejorar el país, inclusive una asambleísta acertó en decir que todos los ecuatorianos no podemos esperar mucho de ellos, ya que cada día lo único que les interesa es quien preside la asamblea; si es indígena o blanca, si tiene influencias políticas o no, si es que le cae bien a la mayoría o no, si es que está del lado de los correístas o del gobierno. En fin, ya un año desde que fueron posesionados y todavía no se ponen de acuerdo sobre si el país es más importante o su codicia por el poder.

Nosotros trabajamos por lo que nos corresponde, cada uno busca mejores días para sí mismo y para los suyos; sin embargo, debemos hacer conciencia ciudadana y sentir un poco de vergüenza, porque a nivel internacional nuestra imagen está en el primer lugar, pero de lo que no se debe hacer. Si ponemos en Google el listado de los países más deshonestos, no es sorpresa que el Ecuador esté en el top 10 de las naciones más corruptas.

Si queremos recuperar las instituciones y volver a construir el país que soñamos, debemos intentar sacar a todos esos, a los cuales el Presidente de la República se ha dado el lujo de tildar, para que las futuras generaciones vivan en una nación más justa y en la que las oportunidades sea una realidad de día a día.

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