Crimen atroz

Rogelio Morales Cattani

Lo sucedido en el interior de la Escuela Superior de Policía Nacional, es otra demostración de una sociedad en crisis. 

Mucho se ha escrito y se escribirá en relación a una distinguida abogada asesinada dentro del “Alma Mater” de la institución encargada de protegernos. Dejo los análisis médico legales, policiales y judiciales, para que sean expertos “imparciales” quienes traten de esclarecer este lamentable caso. 

Voy a referirme a dos hechos: el primero, el error que se viene cometiendo al pensar que, aumentar el número de policías es suficiente para controlar la delincuencia en nuestra Patria. Es eso y mucho más, porque en ese aumento de uniformados donde priorizan la cantidad sobre la calidad, están reclutando y graduando tropa y oficiales que evidentemente no cumplen los requisitos. Con ese aumento, (de paso), se mejora el fondo del ISPOL. Luego las ceremonias de graduación las publicitan como obra pública. Es tentador para una juventud sin fuentes de trabajo, observar cómo ciertos policías de bajo y alto grado llevan una vida de lujos, no acorde con el sueldo que perciben. Todos lo ven, pero miran a otro lado. 

El segundo hecho: la lamentable politización que ya se está dando al tema, sin respetar el sufrimiento de su señora madre e hijo, ya observamos como ciertos políticos carroñeros, sin respetar el cadáver quieren obtener réditos políticos de cara a las próximas elecciones. Miserables.  No es de admirarse, lo mismo hicieron en Guayaquil durante la pandemia donde sobre los cadáveres e incluso aprovechándose de ellos, negociaron irresponsablemente hasta con las fundas en las que iban a ser enterrados y el sobre precio en la adquisición de medicinas fue evidente, pero no existen presos por esos actos. 

Tenemos una variedad de ratas que vuelan como aves carroñeras, que no les importa nada más que el poder y pescar a río revuelto, irrespetando el dolor de toda la Patria. 

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