Rogelio Morales Cattani
La causa de gran parte de los conflictos que se ha vivido en el Ecuador de las últimas décadas, tiene mayoritariamente componentes políticos que de manera secundaria desembocan en aspectos económicos, sociales, latrocinios y arbitrariedades que terminan por afectar a una mayoría inocente víctima de abusos de todo tipo.
La agresividad verbal y física que se vive en la actualidad con mucha gente deshonesta, delincuentes comunes transitando y atracando libremente, delincuentes de cuello blanco paseando su desfachatez en vehículos blindados y de alta gama alardeando en las calles su impunidad, mientras la gente honesta, asustada, vive encerrada en sus casas rodeados de cercas eléctricas y de una rebeldía que algún momento se deberá sacar a flote.
Jane Goodall quién estudió la conducta de los chimpancés, encontró que entre ellos se aprecia demostraciones de un gran altruismo con ayuda constante a los demás de su misma especie cuando necesitan ser atendidos, ejemplos a seguir por una clase política y empresarial donde la palabra solidaridad no existe y la gula por el dinero se ha adueñado de los corazones de la gente deshonesta.
Los conflictos internos y externos son de difícil diagnóstico y tratamiento, también pueden ser la oportunidad para forjar una conciencia colectiva de los verdaderos males que nos están afectando como sociedad, seguramente los sociólogos que estudien el problema a fondo podrán determinar que los valores se han trastocado, que la lucha por el poder y el dinero fácil a nublado las mentes débiles y que el peor pronóstico sería aceptar que la inmunidad e impunidad sea la norma o el ejemplo que mire una juventud que requiere buenos ejemplos.
Hacer política no es malo y bien encaminada es una actividad noble si se la toma como forma de ayudar a la gente, aprovecharse de la política para acceder a cargos públicos y desde allí enriquecerse de la manera más deshonesta, es criticable y es el ejemplo que no se debe dejar a las generaciones venideras.