Luis Intriago Luna
Ya era hora de tener un presidente como Daniel Noboa, que a pesar de su juventud está demostrando que se faja bien los pantalones y no deja pisotear la dignidad de nuestro gran Ecuador; la dignidad de este sagrado suelo ecuatoriano no se negocia y el presidente Manuel López Obrador ya lo tiene bien claro; pues el haber capturado al mal ciudadano Jorge Glas de la embajada de México, evidencia claramente que nosotros como país no aceptamos que se mancille la dignidad del pueblo ecuatoriano.
Al pueblo le gustaría ver ahora a los “corazones ardientes” en una actitud vertical a favor de la dignidad del soberano. Somos como el que más respetuosos de los tratados internacionales, pero cuando el país aislante rompe todas las reglas de la convivencia internacional, a sabiendas que los tratados internacionales prohíben taxativamente otorgar asilo a quien está procesado por la justicia de su país, más aún con sentencia de última instancia en firme, ha incumplido rompiendo las reglas de los tratados sobre la extradición.
Causa desazón que el presidente de México o está mal asesorado o por congraciarse con los “compañeritos” de la sociedad del siglo 21, quiénes han destruido a gran parte de Latinoamérica, con sus reglas que profundizan la impunidad, el latrocinio y el engaño a los más humildes de sus coterráneos, como el caso de Nicaragua, Venezuela, Cuba, etc. Donde su población prefiere ir a morir a otra parte antes que someterse a la opresión e injusticia de ciertos dictadorzuelos, y sin embargo, algunos de sus aliados fascistas quieren regresar al Ecuador, lo cual es una quimera porque el pueblo ecuatoriano, salvo algunos ingenuos, ya han abierto los ojos y no están dispuestos a volver dejarse engañar; estamos contentos que don López Obrador siga reciclando y amontonando a todos los pícaros antipatriotas, quiénes acá no hacen ninguna falta.
Hasta que se den cuenta que tienen “poca madre”, que Dios nos ampare.