Asambleístas mareados

Luis Intriago Luna

Luis Intriago Luna

Respecto al porte de armas, lo cual es un clamor ciudadano; los señores asambleístas, aún están estudiando y preguntando al pueblo lo que deberían hacer, no obstante, el ciudadano de bien, la sociedad civil debe ser consultada obviamente, ojalá así fuera, mas no ocurre, estos solo consultan a los que hacen opinión pública, lamentablemente no van a la fuente, es decir se hace necesario llegar hasta los verdaderos afectados que es el pueblo y la clase más vulnerable quienes gritan por una urgente solución al problema de la extorsión, la intimidación, el secuestro, la violencia; cuando los delincuentes ingresan a sus hogares, negocios, fincas; lo que es un atropello.

Están caminando escandalosamente equivocados o porque no quieren ayudar al pueblo o porque no les beneficia políticamente; la Constitución de Ecuador es clara al respecto, el artículo 66 numeral 2 dice: “La Constitución garantiza la inviolabilidad del domicilio, no se podrá ingresar en el domicilio de una persona sin autorización de su dueño o sin orden judicial”. Aquí se queda corta la Constitución ante el incumplimiento de este derecho ciudadano, debió haber agregado: “Y quien viole este derecho perderá el suyo”.

Aquí el legislador debería cargar la Constitución en la mano; y no tiene a dónde perderse, la Constitución garantiza y reconoce la propiedad privada, lo expone el artículo 321; por tanto, no es negociable con los extorsionadores este derecho, sino que hay que proteger la propiedad privada y dar al ciudadano las herramientas disuasivas para defenderse.

El artículo 11 numeral 2 de la Constitución manifiesta y garantiza que todas las personas son iguales y gozarán de los mismos derechos, deberes y oportunidades, por tanto, el trato de la nueva ley sobre el porte de armas debería convertirse en una oportunidad igual para todos con las excepciones correspondiente; de acuerdo con el estado mental psicólogo que la ley prevé a todo ciudadano sin taras ni traumas. Hasta que los asambleístas se curen de su mareo. Que Dios nos ampare.

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