Orlando Amores Terán
Las organizaciones terroristas actúan de la misma manera: manejan la ignorancia de sus pueblos, los adoctrinan, fomentan el odio hacia un enemigo creado por ellos, que puede ser el judío, el «infiel», el «neoliberal», o el «pelucón»; exaltan el pobrismo, mientras sus liderzuelos se enriquecen. En Oriente Medio se denominan Hamas, Hezbollah, Talibán, en Europa se los conoce como ETA, IRA, MLNV, en América sufrieron una transformación: FARC, AVC, Sol Rojo, MIR, MRTA, Tupamaros, se convirtieron en organizaciones criminales, dedicadas al electorerismo, a través de «movimientos políticos» recogen el lumpen, para participar en elecciones. En el poder, por medio de «Constituyente» instauran naco-Estados, para atracar los bienes de las naciones, en donde éstos crápulas aparecen como ganadores, por medio de organismos electorales previamente infiltrados, por «progres», vinculados al narcoterrorismo internacional, autodenominado socialismo del s.XXI. Mismo libreto, misma actitud; diferentes denominaciones y rostros. De ahí la importancia de que los regímenes democráticos identifiquen a estas organizaciones como terroristas, e incluyan en el listado del terrorismo, a los «partidos políticos» que tienen connivencia con aquellos. Solo de ése modo lograremos proscribir al terrorismo de la política. Mientras aquello no suceda, propiciamos la destrucción de nuestras naciones, desde adentro.
Para neutralizarlos, además de desarmar el narco-Estado; debemos declarar guerra interna; autorizar el porte de armas con un solo requisito: no tener antecedentes penales o vinculación con el socialismo del s.XXI; e incluir en el COIP la siguiente norma: «No comete infracción quien mata o hiere en defensa de su integridad personal o de otra persona o de bienes privados o públicos.» Estamos advertidos. Perú reaccionó, la bazofia que huye de ése país, viene a Ecuador. Debemos prepararnos.