Yveth Romero P.
En la naturaleza y el cosmos, se viven ciclos. El ser humano también vive estos ciclos que son bien definidos y que nos permiten entender que el tiempo no se detiene, pero lo más importante, es entender qué implica cada ciclo.
Si realizamos una analogía con nuestra provincia, que se encuentra cumpliendo 15 años de provincialización, deberíamos visualizar su estado, su ciclo. ¿Qué características tiene una persona a esa edad? Cada ser humano tiene su destino particular, labrado por las decisiones que ha tomado en algún momento de su vida.
Pero, no podemos negar que se viven ciertas características en común, y que se manifiestan en cada etapa de la vida. Según el esoterismo, se pueden dividir las edades de los seres humanos en ciclos de 7 años cada uno. Así, entre los 14 y los 21 años, dice el filósofo Jorge Ángel Livraga, en su libro “Las edades esotéricas del hombre”: “… habiendo pasado la niñez, se introduce en el mundo de los adultos, no acepta ni rechaza totalmente el mundo adulto. Está probando, necesita que lo suelten, y de manera controlada, necesita probar para acertar y equivocarse. Su espíritu empieza a manifestarse…”. Cabe preguntarse, si nuestra provincia está en un proceso de pruebas, de integrarse poco a poco en el mundo adulto. Eso implica que cada uno de sus habitantes, debemos asumir parte en este ciclo de cambios, de toma de decisiones.
Consideremos que la adultez está cercana y, de las decisiones que tomemos hoy como ciudadanos, dependerá las circunstancias que a futuro viviremos. Visualicemos cómo queremos ver a nuestra provincia dentro de 5 años: valores civiles, ciudadanos honestos, confiables, buenos vecinos, espacios bellos, armónicos y limpios. Recordemos las características de nuestra provincia, somos el centro, el corazón del país. Sigamos latiendo, dando vida, amor y belleza. Depende de nuestras decisiones.
Nueva Acrópolis Santo Domingo