Debemos (personal de la salud y pacientes) aceptar una realidad, de que los recursos hospitalarios (fármacos, insumos médicos; jeringuillas, gasas, material para cirugías, prótesis, etc), reactivos para exámenes de laboratorio y material junto a dispositivos electrónicos para hacer exámenes de imágenes (radiografías, ecosonografías, tomografías, resonancia magnética, gammagrafías), no son recursos infinitos y que no siempre estarán al alcance para poder solventar todas las necesidades de los pacientes; más aún en el ámbito público. Los procesos para la compra de estos insumos, son tedioso ya que deben cumplir una serie de requisitos para así evitar posibles anomalías que podrían ser sujetas a sanción. No deseo entrar a otros aspectos muy complicados, pero sí quiero exponer que dentro del aspecto sanitario, se torna extremadamente importante que estos insumos sean debidamente y profesionalmente utilizados con tino, con el uso adecuado y preciso de estos insumos, con el ejercicio de buenas prácticas médicas, con evidencia científica fundamentada en estudios previos y sobre todo con la reflexión y aprobación del paciente.
La finalidad de todos estos aspectos es lograr así, reducir el consumo y gasto innecesario de estos insumos médicos para que puedan servir para todos y que no se agoten rápidamente dejando en la indefensión clínica a otros usuarios del sistema sanitario. Un ejemplo muy recurrente del mal uso de los dispositivos médicos es el uso a mansalva e indiscriminado del recurso de las tomografías para todo paciente que se queje de un dolor de cabeza. Si esto no se controla, la fila de espera para hacer las tomografías, aumenta por ende las personas que sí lo ameritan y quizás con alta prioridad, podrían complicarse su salud. Esto, la espera de semanas o meses para hacerse la tomografía, incomoda a los usuarios, pero deben entender que a nivel público, los recursos son finitos y limitados. Se torna imperativo que los profesionales de la salud usen los recursos de manera prudente y con mucha sapiencia. Por ende hacer una buena historia clínica podrá reducir el margen de sobre pedidos de exámenes y otros estudios de diagnóstico que serían mal utilizados y podrían escasear, perjudicando a otros pacientes que sí necesitarán hacérselos. Los hospitales deben desarrollar sistemas de evaluación Integral con la finalidad de maximizar los resultados de salud mediante una práctica asistencial segura, efectiva, equitativa, eficiente y centrada en las necesidades reales y expectativas de los pacientes