Cárdenas y Velasco

Andrés Pachano

En la literatura ecuatoriana de la segunda mitad del siglo veinte, imprescindible es abrazar (si, a los libros se los abraza) los hondos relatos de dos grandes exponentes de la creación con la palabra: Jorge Velasco Mackenzie y Eliecer Cárdenas, quienes con un intervalo de dos días, se fueron del mundo de los vivos, de los “parceros” diría el ‘mono’ Velasco.

Se ha dicho, y creo que es lo justo, que la novela ‘Polvo y Ceniza’ del escritor cañarense Eliecer Cárdenas, es una de las mejores que se hayan escrito en nuestro país en el siglo XX, obra que es su particular señal de identidad. Creo también, sin temor a equivocarme, que es la novela ecuatoriana de mayor difusión y estudio a partir de su primera publicación en 1979. Se ha dicho y creo que es lo justo, que la potente prosa de Velasco Mackenzie, es el retrato exacto del Guayaquil hondo y único, con su propio dialecto, con su propio “lunfardo” si el término permite. Los dos dibujan con exactitud el mundo pobre y excluido del habitante, en el un caso (Cárdenas en ‘Polvo y Ceniza’) el de la dura realidad del hombre rural del sur de la patria y en el de Velasco lo suburbano de la comunidad marginada (en el ‘El rincón de los Justos’, en sus cuentos, etc.).

Coincidieron los dos en sus muertes, tan cercanas en sus fechas; y, coincidieron también, por ejemplo, en retratar a dos leyendas de la cruda realidad nacional, la una sobre el mítico Naún Briones en ‘Polvo y Ceniza’ de Cárdenas: bandolero amigo de los pobres, algunas veces sicario, muchas veces generoso, que asoló con su audacia la provincia de Loja y el norte del Perú. Y, Velasco Mackenzie en su novela ‘El Ladrón de Levita’ se interioriza en el transito vital del también mítico personaje conocido en los submundos de la perdición con ese nombre. Y los dos personajes de las dos novelas: Briones y Mora, pese a lo funambulesco de sus vidas de ladrones y asesinos, los dos en una suerte de revancha social perviven en la memoria de la población nacional; por eso son leyenda.

Hay que leer la obra, honda y prolífica de estos dos escritores: Eliecer Cárdenas y Jorge Velasco Mackenzie. Necesario el estudiarlos, su memoria lo requiere.