Rehabilitación ferroviaria

Wellington Toapanta

Cuando la República del Ecuador inició, en 1873, la construcción de los primeros 43 kilómetros de su red ferroviaria, desde Yaguachi hasta Pesquería, en el mundo circulaban locomotoras por más de 206.000 kilómetros con pasajeros y mercancías, impulsando bienestar en los pueblos.

En 1861, la Convención Nacional autorizó, al Gobierno de García Moreno, contratar empresarios nacionales o extranjeros para “construir ferrocarriles o caminos de rueda desde Babahoyo u otro punto de la Costa a Quito”. 12 años después, tras culminar la “Carretera Nacional”, 275 kilómetros, de Quito a Sibambe, comenzó el despliegue de la línea férrea desde Yaguachi al este.

García Moreno, en agosto de 1875, puso en operación 43 kilómetros, desde Yaguachi a Pesquería, cubriendo Milagro y Naranjito. El magnicidio no interrumpió la obra; el sucesor, Antonio Borrero, completó 14 kilómetros, hasta Barraganetal; Ignacio de Veintimilla hizo 7 adicionales hasta Bucay y José María Plácido Caamaño 22 desde Yaguachi hasta Durán. Se construyeron 86 kilómetros en 14 años.

En 1897, Eloy Alfaro Eloy reinició la obra sorteando dificultades políticas y financieras, como las tuvo García Moreno. Lo hizo para “facilitarnos el trato frecuente con los demás pueblos, no (…) solo las industrias y el comercio, sino crear un activo y directo cambio de ideas y costumbres (…), hacer que los ecuatorianos establezcan comparaciones saludables”, memoró, en 1916, José Peralta, ideólogo liberal en ‘Mis memorias políticas’.

Leonidas Plaza y Lizardo García no la interrumpieron y Alfaro prosiguió e inauguró los 452 kilómetros. Los gobiernos liberales construyeron 366 kilómetros en 10 años. El apoteósico ‘abrazo férreo’ entre Costa y Sierra, Durán y Quito, fue real el 25 de junio de 1908.

La monumental obra fue construida por recia voluntad y decisión política, con capital y técnicos externos. Urge rehabilitar los actuales inhabilitados 975 kilómetros. Actualmente, más de 146 países tienen servicios ferroviarios como signos de progreso y bienestar. Ecuador debe revertir su indecisión: ocho empresas internacionales esperan convocatoria para restablecer una línea de pasajeros y carga, otra para turismo, las que redundarán en redención económica y social del país.