Guarida

Wellington Toapanta

Múltiples son las acepciones de guarida, desde cueva, lugar oculto hasta refugio y escondite, últimas que semejan a la forzada conversión de la legación del Gobierno mexicano en Quito en albergue y asilo de procesados penalmente y convictos.

Que 29 países de la OEA reafirmen que los locales de las misiones diplomáticas no deben utilizarse de forma alguna incompatible con las funciones de la misión, increpan, implícitamente, a ecuatorianos negociadores de principios políticos que pernoctan como ‘asilados’, como al gobernante mexicano, que parece le provocó apocamiento, porque ausentó a su representación del cónclave regional.

Tradicionalmente, los gobiernos mexicanos han sido valorados por proteger a perseguidos políticos, pero desde el régimen militante del Grupo de Puebla, del Socialismo del XXI, aloja a procesados y a convictos, contraviniendo convenios internacionales, el de asilo, como preceptos políticos, penales.

Las resoluciones 4, 5 y 6 de la OEA conjugan con la posición del Gobierno ecuatoriano; el 5, implícitamente, conmina al mexicano a ‘respetar las leyes y reglamentos del Estado receptor; y, que también (los diplomáticos residentes) están obligados a no inmiscuirse en los asuntos internos de ese Estado’, mientras el 6 reafirma ‘que los locales de la misión diplomática no deben ser utilizados de manera incompatible con las funciones de la misión tal como están anunciadas en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas’.

En el caso Glas y otros anteriores, el Gobierno mexicano les concedió ‘asilo’ pese a ser convicto y procesados penalmente, respectivamente.

Cierto que el Art. 4 de la Convención de Asilo prevé que corresponde al Estado asilante calificar la naturaleza del delito o motivos de persecución, pero en lo de Glas y otros, el Gobierno mexicano, al concederles asilo, proclamado que en su país no son delitos comunes la asociación ilícita, el cohecho, el peculado. ¿Cómo será su gobernanza?

Si, furtivamente, Glas iba a México, como era ‘propósito’ de su gobernante, habría reforzado el refugio de reos fugados que monitorean actuaciones parlamentarias, activismo ´político’ que urge ser vedado. Lecciones de la crisis diplomática para reestructurar principios, ordenamientos internacionales y nacionales.