La tremenda Judicatura

Ugo Stornaiolo

Se recuerda con humor esa serie donde el tremendo juez llevaba al estrado al acusado Tres Patines, personaje de hablar alrevesado y bueno para los líos. El presidente de la Judicatura, Wilman Terán, se parece al humorista cubano, por sus salidas de tono, histrionismo y bailes en TikTok. El Tres Patines criollo dejó en el suelo la imagen de un organismo que debería velar por que funcione la justicia.

Cuatro de los vocales del Consejo tienen acusaciones penales: dos –Juan José Morillo y Maribel Barrenopor tráfico de influencias, Xavier Muñoz por lavado de activos y presuntamente estuvo intoxicado en la sesión en que se destituyó al juez Walter Macías, y la Fiscalía acusa a Terán y Muñoz por obstruir la justicia.

Además, el juez Macías, que presentó una acción de protección tras la disparatada sesión virtual de la Judicatura que resolvió su salida (con dos votos de cinco), conoce casos bullados: Las Torres (que involucra al excontralor Pablo Celi) y por tráfico de influencias de los vocales Morillo y Barreno en la Judicatura.

Cuando, en mayo de 2011, Rafael Correa anunció su metida de mano en la justicia, aprobada en consulta popular, empezó el desbarajuste que, de la mano de Gustavo Jalkh (extraña que no tenga ningún juicio por esa actuación), consolidó la interferencia de la política en la justicia. 

La presencia de María del Carmen Maldonado y luego de Wilman Terán en la presidencia de la Judicatura, demuestran que los largos brazos de Correa siguen interfiriendo en la justicia. Así se entiende que haya tanto juez de medio pelo que libera asesinos, delincuentes y narcotraficantes a cada rato.

Ejemplos abundan, como el juez de Yaguachi, John Rodríguez, que restituyó los derechos políticos al exvicepresidente Jorge Glas quien, gracias a la resolución, se tomó el papel del binomio de Luisa González. Este juez también tumbó el proceso de contratación de seguros de Petroecuador, como resolvieron en una cafetería del norte de Quito dos funcionarios públicos de la entidad petrolera estatal, un delegado de Hispana y un abogado.

El Tres Patines de esta historia acusa a sus críticos de querer truncar el proceso de designación de jueces de la Corte Nacional de Justicia, exige respeto a la independencia judicial y acusa a la prensa por la mala imagen de la Judicatura.

Preguntas sueltas: ¿alguno de los jueces que concursa, abocaría conocimiento del caso Morillo-Barreno por tráfico de influencias? ¿tomaría el caso del vocal Muñoz por lavado de activos? ¿se iría en contra de los que lo nombran? Por decencia, Terán y su combo deben renunciar.