Tricolor, política y sociedad

César Ulloa

La política quedó en segundo plano a diferencia del fútbol, ahora engalanado por el mundial, aunque en nuestro país esto ya venía sucediendo desde hace varias décadas, debido al escándalo, la farándula y la incompetencia de los políticos con sus honrosas excepciones que llegan a ser son tan pocas, que no completan los dedos de las dos manos. Podemos vivir sin fútbol, posiblemente, pero la política es necesaria, pese al descrédito y rechazo que genera en la mayoría de la población. Incluso, para tener una adecuada y sostenida política de deporte que tampoco la tenemos: la mayoría de deportistas nos entregan sus éxitos, venciendo la precariedad y miles de obstáculos.

A propósito del primer partido de la Tricolor, las enseñanzas y aprendizajes son mayores: la renovación se consigue con ideas, actitud, principios y profesionalismo. ¡Escuchen políticos y políticas! También hay que resaltar el compromiso con el país que demostraron los muchachos a diferencia de varias autoridades que llegan a hacer negocios en el Estado. Estos jóvenes futbolistas nos llenaron de ilusiones y orgullo cuando la mayoría de la población cree que el año siguiente la situación será peor. Tampoco se puede desestimar el liderazgo del director técnico, pues demostró ser un gran conductor, sabe orientar las fortalezas individuales y potenciar el trabajo en equipo. Ahora mismo el Ecuador carece de este tipo de liderazgo.

Es el cuarto mundial y nuestra participación genera expectativas. Hay razones de sobra, porque los ingredientes aportan para un nuevo escenario: tenemos proyección con este equipo, el proceso debe ser fortalecido, todos sumamos a la causa y en el camino habrá aprendizajes con ganancias y también derrotas. Entonces, nos queda administrar con humildad las victorias y afrontar con entereza los desaciertos. Lo fundamental de todo esto es que estamos cobijados por la misma bandera y el orgullo nacional nos engrandece. Vamos Tricolor.

Ahora mismo se juega contra Holanda mientras escribo. Hacemos historia con actitud.