Ser auténticos

Rodrigo Contero Peñafiel

La autenticidad de una persona está vinculada a la naturalidad, originalidad y la verdad con lo ético, moral y cognitivo del ser humano, lo que le da la integridad necesaria para actuar por sí mismo, tomar la iniciativa y ser dueño de sus actos. El que es auténtico sabe vivir y a qué atenerse; es consciente que existen realidades que no se manifiestan, pero están latentes.

La autenticidad en la justicia es la oportunidad para demostrar la capacidad proactiva para resolver, siempre dentro de su especialidad y conocimiento, los problemas permanentes que existen en la comunidad y que requieren respuesta en un tiempo adecuado. Las actividades de un político deben dirigirse a resolver los problemas originados por la convivencia entre seres humanos, diferentes y con distintos deseos. La justicia y la política necesitan características propias y un significado distinto a la mediocridad y falta de autenticidad, para adquirir compromisos reales y una filosofía vinculada con la conducta asertiva.

Los líderes auténticos no son mesías, ni mitos; lo que hacen es aportar con claridad pedagógica para educar en el sentido del poder. En las actuales circunstancias, todo funcionario necesita calma y vigorizar su credibilidad emocional; ser más pragmáticos para no alterar la verdad artificiosamente, al ser parte de un círculo oscuro que solo busca beneficiar intereses propios, de amigos o coidearios de acometidas. Un ser humano que todo el tiempo se pasa viendo, escuchando, esperando y soñando cosas extraordinarias es alguien que, sacudido por sus propios pensamientos y falsos liderazgos huye de sí mismo, sin darse cuenta del engaño ni ser congruente con la verdad y el adelanto de la sociedad.

Los representantes de este tiempo deben ajustarse al sentir de la ciudadanía, ser conscientes y capaces. Cuando algún magistrado o político cree ser el escogido para guiar los pasos del pueblo, pierde conexión con la realidad; no podemos olvidar la política violenta organizada en partidos o movimientos subyugados, que tanto daño causan al país. La autenticidad requiere un profundo conocimiento de nosotros mismos, de nuestros valores y nuestro paso por el tiempo.