Eugenio Espejo: luz de la ciudadanía

Sara Serrano Albuja

“Considerar solamente que no es artífice de los males públicos quien los anuncia con el fin laudable de su remedio”, es  esta una brillante verdad escrita por Eugenio de Santa Cruz y Espejo en el primer periódico Primicias de la Cultura de Quito, aparecido el 5 de enero de 1792 que llegó a publicarse hasta el número 7.  Espejo, polifacético médico, periodista, bibliotecario, filósofo, jurista, maestro, literato y luminoso precursor de la independencia de la Real Audiencia de Quito e Hispanoamérica, ha sido homenajeado con la publicación de Primicias de la Cultura de Quito, N.8, a 232 años de su primer número. Este reconocimiento simbólico e histórico, retrata su vigencia y realza en todo momento a Eugenio Espejo denominado por sus estudiosos como el Washington sudamericano y profundiza, además, en temas de nuestra identidad, como nos  sugirió hacerlo el Precursor con su frase: “El conocimiento propio es el origen de nuestra felicidad”.  Los héroes y sabios no deberían ser de rígido y frío bronce forjado en estatuas olvidadas; por el contrario: son vida y ejemplo y, como nuestro duende y lechuza Espejo, nos invitan a soñar y a luchar por una mejor sociedad.

Espejo es una luz para la ciudadanía digna defensora del patrimonio  cultural como lo son los ciudadanos del valle del río Uravía y la Hacienda del mismo nombre en el sector de Checa.  En ese lugar querido por Quito y Pichincha, varios estudios, testimonios y vestigios confirman la existencia de múltiples patrimonios.  Los pobladores tienen evidencias fotográficas y otras de hallazgos paleontológicos como osamentas de mastodonte y vestigios arqueológicos de vasijas y utensilios que están en peligro y deben ser protegidos y puestos en valor ‘in situ’ para evitar su vulneración. Los estudios de Nelson Montenegro Díaz refieren leyendas como las piedras lloronas de Uravía, adoradas por los aborígenes chilpeños y narran las tradiciones y la cultura de su gente.  Es nuestra riqueza cultural tangible e intangible.  El jurista Alfonso López, representando esta preocupación ciudadana, ha informado a funcionarios del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural sobre los potenciales riesgos de la construcción de un proyecto de la EPMAPS en zona de la Hacienda Uravía  para “el tratamiento de aguas residuales” que, al parecer, no ha contemplado todavía los suficientes estudios sobre las serias afectaciones de su posible ejecución sobre este delicado patrimonio cultural y ambiental. Otro aspecto que preocupa a los pobladores son las evidencias en la Hacieda y otros sitios aledaños que muestran la presencia del Camino Real que es parte del Qhapac Ñan, nuestro principal camino andino  declarado por la UNESCO como patrimonio cultural de la humanidad el 21 de junio del 2014.  El sentido común siempre opta por el diálogo y la ética política.  Importante es que se busquen otros lugares y sitios para obras públicas responsables que no vulneren referentes fundamentales  de nuestro patrimonio cultural y ambiental que deben ser puestos en valor.

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