Economía parasitaria

Sara Salazar

La economía parasitaria en Ecuador amenaza con continuar perpetuando su ciclo de estancamiento y dependencia estatal. Esta economía parasitaria se alimenta principalmente de la burocracia excesiva y así también de la corrupción sistemática. Estas plagas han asfixiado al Ecuador durante años, infiltrándose en las instituciones gubernamentales, ahogando el potencial emprendedor y la iniciativa privada.

El sinnúmero de trámites y regulaciones burocráticos, lejos de incentivar al desarrollo del país, se han convertido en caldo de cultivo para una casta de funcionarios que se aferran al poder.

Otro de los tentáculos de la economía parasitaria es la voracidad fiscal que ahoga aún más la inversión. Recordemos que un estado sobredimensionado solo desincentiva la creación de riqueza genuina y perpetua la dependencia estatal.

Sin duda, otro de los factores que contribuyen a la propagación de estas economías parasitarias es la falta de seguridad jurídica y la inestabilidad política. Los inversores se ahuyentan por la constante inestabilidad política, esto impide el flujo de capitales y frena el crecimiento económico del país.

Lastimosamente, el país está atrapado en un círculo vicioso donde la constante inseguridad desincentiva a las inversiones, y la escasez o falta de inversiones alimenta aún más la inseguridad en el país.

Aunque parezca desalentador el escenario, no todo está perdido. Se pueden desmantelar estas economías parasitarias que asfixian al Ecuador, mediante medidas audaces pero eficaces. Es primordial tomar acciones contundentes, primero, es imperativo reducir drásticamente el aparato estatal, eliminar la burocracia parasitaria innecesaria y combatir las prácticas corruptas que crean desconfianza en las instituciones públicas.

Se debe terminar de una vez por todas con los subsidios, los planes sociales insostenibles económicamente e ineficientes para lo que sí trabajamos de verdad. Los servicios públicos de mala calidad han causado un enorme gasto público y no llenan las expectativas de sus usuarios. Además, todos esos que se llenan la boca hablando de la justicia social, deben saber que de justa no tiene nada, porque se cobra en contra de nuestra voluntad.

Y sobre todo tener presente que todo lo anteriormente mencionado solo y únicamente favorece a los políticos, esos que gobiernan al país para su propio interés. Las izquierdas como siempre creando estados saqueadores y empobrecedores. La oligarquía socialista, que por años gobernó, solo empobreció al país.

No debemos olvidar que los estados paternalistas y subsidiarios condenan a sus ciudadanos al pozo de la mediocridad y la pobreza; en lugar de eliminar la pobreza, hacen todo lo contrario, crean más pobreza. Las economías parasitarias no crean capital, por el contrario, succionan y se alimentan de recursos y capital que no crearon.

Es momento de romper con esta economía parasitaria que ha ahogado al Ecuador. Una economía saludable es posible, por medio de un liderazgo valiente que esté dispuesto a romper las cadenas parasitarias que nos han impedido o limitado nuestra innovación y creatividad por años.  Abramos las puertas a un futuro de verdadera prosperidad, donde la libertad económica y la iniciativa individual sean los motores del progreso.