Reflexiones para Daniel Noboa

Rosalía Arteaga Serrano

De mi largo trajinar por los caminos de la educación, he aprendido una serie de lecciones que pueden ayudar a un gobierno que se estrena, con muchas expectativas e ilusiones, a desarrollar iniciativas o a fortalecer otras que mejorarán las perspectivas que se tienen en este importante campo del desarrollo humano y del país.

Por ello me atrevo a esbozar algunas ideas que apuntan en este sentido y que no tienen más intención que la de contribuir desde la experiencia de décadas a mejorar la educación en el Ecuador.

Estas iniciativas están atadas también a superar otro gran problema que es la generación de empleo para los más jóvenes, aquellos que, si no lo hacen, se sienten desesperados y pueden caer en las tentaciones que tanto daño le hacen a nuestra sociedad.

La primera tarea es trabajar en la capacitación permanente de los docentes, porque sin buenos profesores no hay ni habrá buena educación, porque son los maestros quienes se enfrentan en el aula al día a día del relacionamiento con los alumnos, grandes o pequeños y son ellos los que orientarán a sus estudiantes, los que les brindarán guía, los que les servirán de ejemplo y pueden de esa manera, modelar mejor a las nuevas generaciones.

Un segundo punto tiene que ver con la vinculación entre educación y empresa, a través de probados ejemplos de la famosa educación dual, que tantos buenos ejemplos y experiencias ha acumulado en países como Alemania y Suiza, así como también hemos visto lo que viene realizándose a manera de proyectos piloto entre el empresariado y el sistema educativo en la ciudad de Cuenca. Se comprueba así que varios jóvenes con aplicación práctica de conocimientos y aprendizaje de oficios tienen muchas más posibilidades de conseguir un empleo adecuado cuanto terminen su proceso formativo.

Hay otro aspecto al que también debe prestársele mucha atención y es a la educación técnica y tecnológica. Se ve en países como España que los jóvenes que egresan de esas carreras más cortas y prácticas tienen más éxito a la hora de insertarse en el aparato productivo, con generación de recursos para sí mismos y sus familias.

Si se articulan algunas de estas y otras ideas, se podrá emprender en una verdadera transformación del país.