Saber vivir en paz

Rodrigo Contero Peñafiel
Rodrigo Contero Peñafiel

Rodrigo Contero Peñafiel

Todos luchamos por hacer realidad nuestros sueños, ser mejores cada día y no caer en un vacío espiritual, que por un deseo insatisfecho nos lleve a la frustración. Los seres humanos tenemos el cerebro y la inteligencia para actuar y no cometer errores. La madurez se alcanza cuando conocemos nuestras limitaciones, asumimos nuestras culpas y volvemos a comenzar hasta alcanzar el éxito.

Cuando actuamos de buena manera y en el momento oportuno, es porque hemos comprendido que la solución de los problemas depende, en buena medida, de cada uno de nosotros. La paz interior es un privilegio que nos llena de satisfacción, cuando la tranquilidad espiritual nos permite enfrentar la vida con optimismo y confianza. ¿Pueden todas las personas sentir lo mismo? Solo quienes estamos dispuestos a luchar por alcanzar el éxito de buena manera y sin intromisiones ajenas, podemos sentir esa satisfacción.

Todas las personas que viven en armonía tienen la predisposición para proceder de la misma manera en la sociedad. El éxito y la paz interior son sus fortalezas. Son personas realistas y positivas, cuya autosatisfacción es la mejor carta de presentación. La vida es una sucesión constante de cambios por lo que estamos obligados a enfrentar cada uno ellos con nuevas ideas. No se pueden enfrentar los problemas del presente repitiendo los errores del pasado; nuestra vida requiere renovarse afirmativamente. La cultura, el optimismo y la perseverancia nos permiten evolucionar al ritmo del tiempo. Quienes han sometido su pensamiento por la razón que sea están impedidos de cambiar y razonar con libertad.

Aquellos que han arruinado su paz interior, jamás podrán luchar por la democracia y siempre vivirán riñendo con todos. Asumen el papel de víctimas y atribuyen sus errores a los supuestos adversarios, a quienes culpan de su infelicidad y fracasos. Tampoco podrán cambiar nunca porque rechazan el verdadero cambio que está en su interior; el fracaso, la ansiedad y sus delirios siempre los acompañan. Todos los que viven en armonía consigo mismos saben vivir con los demás, aprovechan el presente y piensan en el futuro, sin temor ni vergüenza de haber robado ni causado mal a nadie.