Refranes para el fin de semana

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Carlos Freile

La sabiduría popular ha destilado a lo largo de los siglos pequeñas fórmulas idiomáticas para expresar verdades que todos deberíamos tener presentes en nuestro diario trajinar, sobre todo en los momentos importantes o ‘tiempos fuertes’ como dicen algunos sabios. En esta tónica se me han venido a la cabeza algunos refranes que pongo a consideración de mis dos o tres lectores para que los tengan en cuenta en ciertas decisiones.

Comencemos por dos muy repetidos: La mona aunque se vista de seda, mona se queda; la zorra muda de piel pero no de mañas. Siguen otros siempre actuales: En boca del mentiroso lo cierto se hace dudoso; palabra y piedra suelta no tienen vuelta; la mentira tiene patas cortas (aunque en cierto país usa zancos). En otro ámbito pero vigentes: la ocasión hace al ladrón; cree el ladrón que todos son de su condición.  No podemos dejar de lado algunos muy pertinentes: Cada oveja con su pareja; dime con quien andas y te diré quien eres; quien con lobos se junta a aullar aprende. He aquí otros, tal vez menos conocidos: Una artimaña con otra se engaña; en lo que se toma a bulto siempre hay engaño oculto; falsa apariencia engaña a la mejor ciencia; el arte de agradar es el arte de engañar.

Para terminar: No son todos ruiseñores los que cantan entre las flores. Y claro: al buen entendedor pocas palabras. Añado de postre una frase, que no refrán, de Baltasar Gracián: “Lo bueno si breve, dos veces bueno”. Y que Dios nos bendiga, aunque a Dios rogando y con el mazo dando.