Primero Ecuador

Si hay algo que rescato de esta pandemia es la posibilidad de recorrer el Ecuador. Desde que apareció el virus, mi familia y yo buscamos espacios abiertos, verdes con posibilidad de mantener el distanciamiento. Enhorabuena, nuestro país tiene un menú de destinos tan diverso que incluye desde caminatas por senderos montañosos, acampadas en el páramo, pesca en lagunas, picnics en montañas, rafting en ríos, excursiones en cavernas, avistamiento de ballenas, paseos en bicicleta… Y así como son de variados los destinos, también son los presupuestos.

En este feriado del 10 de agosto visité el Oriente. Era la primera vez que ponía un pie en el Tena y superó todas mis expectativas. La selva nunca calla; es posible escuchar grillos, aves, monos y tantos otros animales que es imposible distinguir cada una de sus

voces. Los ceibos son tan grandes que se imponen entre otras especies. Y el agua de los ríos ¡es tan pura y cristalina! Ideal para refrescarse de la humedad del clima selvático.

Navegamos en canoa para llegar a Shiripuno, una comunidad gobernada por un grupo de mujeres. Con una contribución, que les sirve para conservar su entorno, presenciamos una danza típica, conocimos la receta para la chicha (que ya no se fermenta masticando yuca), abrazamos una piedra ancestral y nos deleitamos con el olor de la canela.

El paseo por Tena fue citadino pero muy grato. La gente es amable con el turista nacional y extranjero. El malecón cobra vida una vez que cae el sol, con covachas al aire libre para mantener la bioseguridad. Las veredas están colmadas por mesas de pequeños restaurantes. El mirador revela desde la altura el encuentro de los ríos Tena y Pano. Además, el Parque Lineal congrega, hasta altas horas de la noche, a residentes y turistas locales que practican atletismo, ciclismo y otros deportes.

¡Así que anímense! Pongamos un granito de arena para reactivar primero Ecuador.