Prevenir es mejor que curar

En Ecuador previo a la pandemia las enfermedades coronarias se ubicaban dentro de las principales causas de mortalidad y aún siguen siendo causa de fallecimiento, postración y complicaciones a corto y largo plazo. Tanto la hipertensión arterial, como la diabetes mellitus son enfermedades, en las cuales, podemos encontrar múltiples complicaciones, como el infarto de miocardio, el evento cerebro vascular isquémico o hemorrágico, la insuficiencia renal, las cardiopatías, entre otras.

Analizando lo que representan estas enfermedades -desde el enfoque médico, hasta la inversión y el gasto público que significa tratar a estas entidades- y considerando cuánto afectó en general la pandemia por el COVID-19 a nuestro país, es indispensables que se invierta en tratamientos y sobretodo en prevención, que es uno de los pilares fundamentales en toda política pública.

Sin duda alguna, la pandemia complicó a nuestros pacientes con enfermedades crónicas. Varios dejaron de asistir a la consulta por miedo a enfermarse y durante gran parte de la pandemia las consultas externas estuvieron cerradas, sin permitir que se realice un debido seguimiento a estas patologías. Muchos pacientes abandonaron sus tratamientos y otros fallecieron, en un momento en que se consideró que la gran mayoría de fallecimientos eran causados por COVID-19.

Es por eso que es indispensable optimizar el recurso, retomar el control de estas patologías y trabajar en la prevención. Aquí es donde debemos hacer varias reflexiones y analizar cómo la escasez de medicamentos afecta en forma global a la economía del país y a la ciudadanía en general; por ejemplo, el evento cerebro vascular isquémico es una enfermedad de las más frecuentes en nuestro medio y sus complicaciones pueden ser la muerte, la incapacidad completa o parcial, la postración, etc. Identificar de forma oportuna los síntomas de infarto cerebral es una tarea fundamental que empieza desde la promoción en salud, capacitando a la población en la identificación de síntomas de infarto cerebral con la finalidad de actuar de forma eficaz ante su aparición.

Dar a los pacientes los tratamientos para las enfermedades crónicas (diabetes- hipertensión), entre otras, representa una mínima inversión en comparación con todo lo que representa para el Estado y para los pacientes enfrentar estas enfermedades catastróficas y sus terribles secuelas. Pero trabajar en campañas de prevención, de alimentación saludable y disminución de factores de riesgo, sin duda, sería la principal acción que se debería realizar para evitar estas enfermedades. Realizar un seguimiento adecuado, integrar la historia clínica y dotar de medicación esencial a las unidades de salud representan la principal estrategia para mitigar su impacto.

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@Miguicho_Crespo