Presupuesto 2023

Eduardo F. Naranjo C.

El Ministro de Finanzas se atreve a decir que este año el Gobierno realizará el “gasto de inversión más grande de la historia nacional”, una muestra más de la forma de engañarnos, como en todas las acciones del régimen.

El economista Flores, conocido por sus criterios equilibrados, demuestra permanentemente las argucias y falacias del manejo económico en manos del grupo actual. En noviembre del año pasado, el Plan de Inversiones del Presupuesto 2022 era de $3.067 millones, pero hasta casi fin de año alcanzó una ejecución de $1.006 millones apenas 32%, en tanto la reserva internacional (beneficio para tenedores de bonos) ya tenía $8.775 millones.

Para un país con alto desempleo es clave la antigua y probada fórmula de inversión en infraestructura: genera trabajo y desarrollo,  y más aún en nuestro caso, que carecemos a gran escala pese a ser urgente y necesario tanto en áreas urbanas como rurales. Es la solución obvia pero intencionalmente no le paran bola, pese que los proyectos realizarían empresarios privados; en cambio, buscan devorar la propiedad estatal de alta rentabilidad.

El país necesita ampliar carreteras, construir nuevas, terminar otras, para conectar todo el territorio, canales de riego, represas, escuelas, hospitales, puertos y aeropuertos, eso es desarrollar y crear trabajo a más de hacer competitivo el comercio nacional como internacional.

Redujeron gastos corrientes  pero la  inversión no creció, mostrando un manejo de la economía a favor de grupos cercanos y afines, sin entender la estructura social donde  la pobreza conduce a la violencia social.

Política de falsedades e incongruencias, que sumada a la creciente influencia del narcotráfico y la amenaza de la minería ilegal que destruye y contamina el agua y el bosque, y sin soluciones reales nos auguran un 2023 sin esperanza.