Piso y techo electoral

César Ulloa

Algunos candidatos, posiblemente, ya llegaron al techo en su intención de voto. Es decir, ya no tienen de dónde estirar, así se paren de cabeza. Otros en cambio pueden seguir creciendo, debido al porcentaje de indecisos. En el primer caso, parecería que el correísmo ya está en su techo o porcentaje de la población que siempre vota por ellos. Este segmento de la población le garantiza el paso a la segunda vuelta, pero no la ganancia definitiva debido al alto porcentaje de rechazo.

No se puede perder de vista que en la primera vuelta ya se definirá la conformación de la Asamblea y no hay duda tampoco de que la Revolución Ciudadana contará con una representación significativa y protagónica en su relación con quien gane la presidencia. En estos días y como van las encuestas, por cierto todas fotografías de la realidad para este momento, disputarían la segunda vuelta tres candidatos: Otto, Yaku y Villavicencio. Para ellos, cada acción es una posibilidad para conquistar votos y, por qué no, afianzar sus alianzas en la Asamblea.

Este escenario nos ubica una vez más en la dimensión correísmo versus anticorreísmo. De un lado, hay un histórico de 16 años constituido alrededor de una sola figura y de la cual no pueden desmarcarse, mientras que del otro, hay un variopinto de todas las tendencias y apuestas políticas, pues se puede ser anticorreísta de derechas e izquierdas en sus distintas manifestaciones. Por esa razón, hay fragmentación antes que unidad en la constitución de opciones robustas y únicas. Lo propio pasa en Argentina, Bolivia, Venezuela y Nicaragua.

De una campaña tan corta como esta, no se puede esperar mucho en términos de profundidad en el debate. Apenas, los candidatos alcanzan a tener presencia en ciertos lugares, pese a su omnipresencia en las redes sociales. Los microrrelatos y las descafeinadas narrativas se imponen. Al respecto, vale enfatizar que las redes (Twitter, Facebook, Instagram, Tik Tok) no miden el piso ni el techo electoral, sin embargo, diseminan los mensajes de los candidatos para atraer audiencias. Que no se confunda popularidad con votos.