Urgente innovación

Pablo Escandón Montenegro

La sociedad necesita profesionales en todas las áreas laborales, no solo para aumentar la producción, sino también para satisfacer las necesidades de las diferentes áreas industriales, técnicas y tecnológicas, que en este momento ya dejaron de ser completamente manuales e incluyen el conocimiento de la informática, como lo es la mecatrónica.

Nuestro sistema educativo, desde los años iniciales, está orientado a reproducir paradigmas de las profesiones tradicionales con las cuales el propio campo laboral está completamente saturado, como lo indican varios reportes periodísticos. Y es que la propia Senescyt, en sus registros de 2023, tiene a 222.870 titulados de tercero y cuarto nivel con estudios en el país y en el extranjero.

Para complementar lo anterior, el INEC dio la estadística sobre empleabilidad de quienes tienen un masterado y la cifra de desempleo es de 2,7% en 2023, con lo cual tener un título de cuarto nivel no asegura empleo inmediato. En este porcentaje, de seguro, están quienes hicieron el posgrado con la esperanza de encontrar trabajo luego de finalizar los estudios.

Existe una sobreoferta de estudios de posgrado, tanto nacionales como extranjeros, que, además, cuentan con la certificación y reconocimiento de Senescyt, lo cual no solo es indicativo de que la universidad está descontextualizada y no compite con las extranjeras, sino que muchas de las nacionales son escaparates de entrega de títulos, pues hay instituciones superiores que cuentan con maestría en Comunicación, sin siquiera tener una carrera de pregrado o mucho menos un área académica.

Estudiar no es una afición como la de hacer senderismo en fin de semana o ir al tonificar el cuerpo moviendo llantas de tractor, es un compromiso profesional y académico, tanto del docente como del estudiante, y no se puede banalizar el proceso con autorizaciones a diestra y siniestra de funcionamiento de programas de posgrado.

Urge una renovación de la Universidad contemporánea, que está más vieja que cualquier institución, a pesar de que en todos sus programas y webs se ve que anuncian coloquios, reflexiones y proyectos sobre Inteligencia Artificial o innovación, pero que no aplican en ese conocimiento casa adentro.

La sociedad cambia más rápido de lo que la universidad se entera y así no llegaremos a igualarnos nunca.