El campeón del año

Pablo Escandón Montenegro

No solo porque soy hincha, sino porque los hechos así lo relatan, sin distorsión. El mejor equipo de este año fue Liga Deportiva Universitaria de Quito. La Liga, el equipo de la U.

Si bien el Independiente del Valle es un gran equipo y una muy buena apuesta a lo que deben ser las sociedades deportivas desde sus canteras formativas, Liga de Quito también lo ha venido haciendo a su modo y con años de antelación; por ello es que “Dida” Domínguez le dedica los títulos de este año al “Papá Oso”.

Fue Rodrigo Paz quien pensó en grande el proyecto actual de la Liga. No se empecinó en competir con los otros equipos que hacían estadios, sino que trazó líneas para llegar a un objetivo: ser de los más grandes equipos de América, y por qué no, decirlo, sin soberbia, el mejor del Ecuador.

Liga de Quito es una institución que vivió fracturada por muchos años, pues el club y la comisión de fútbol permanecían en disputa eterna, pero ahora las directivas de ambas instancias se dieron la mano para trabajar por el mismo objetivo: el que don Rodrigo había trazado para Liga: la grandeza eterna.

Bueno, decir eterna es ser muy ambicioso, pero la grandeza ya está con los hinchas, los jugadores y los dirigentes, pero hay que mantenerla y solo el tiempo y el espacio, como dice la barra del equipo, serán los jueces de una institución que tiene que permanecer por sobre todos.

Es tan maravilloso mirar que la hinchada de Liga no es solo quiteña ni serrana. También está en los estribos de la cordillera, en el litoral interno y en la zona costera del país, en la Amazonia y por las riberas de los ríos que llevan el rumor del triunfo a diversos sectores que se alegran con las atajadas de “Dida”.

No existe un campeón en este año, somos millones de hinchas que sufrimos en los penales y a nuestra manera, pero que sentimos la satisfacción de que la U brilla en lo alto y que el fútbol ecuatoriano, gracias a esta institución, cada año tiene más cupos para las copas internacionales de la región.

Gracias, campeón, por hacernos gozar y sufrir, por mantenernos en vilo durante noventa minutos y luego soltarnos para celebrar con todos. Que viva el campeón y que viva el fútbol.