Ofertas

Rodrigo Santillán Peralbo

Las campañas electorales colmadas de ofertas son demagógicas, propias de personas que se candidatizan para satisfacer egos, y quizá haya, también, los que menos ofrecen, los que desean ser útiles a su pueblo porque vivieron con necesidades insatisfechas y conocen profundamente los problemas cotidianos irresolutos, debido a la existencia de autoridades mediocres, decorativas, sin ideas ni conocimientos.

La demagogia es una acción política propia de los manipuladores de conciencias que, con artimañas y discursos ensayados, pretenden convencer a las masas para que voten a su favor. En consecuencia, es una deleznable manera de lograr resultados electorales fundamentados en discursos que se componen previo conocimiento de las necesidades insatisfechas de los ciudadanos que se conocen, luego de aplicar una serie de encuestas de opinión, que dejan al descubierto los pensamientos y sentimientos de los electores.

El discurso demagógico requiere de conocimientos de comunicación que se utilizan para persuadir a los electores para que voten por determinado candidato o “listas” sin siquiera merecerlo. Ese tipo de discursos no se fundamentan en ideologías sino en las necesidades sentidas e insatisfechas de los pueblos. Sólo tienen un propósito: agradar a los electores y convencerlos para que voten a favor del ‘iluminado’.

La oferta demagógica es una postura política que tiene como fin atraer a los electores mediante acciones o palabras manipuladoras, es decir dar al elector lo que él quiere oír, lo que él quiere que le ofrezcan y, hasta la posibilidad de convertir en realidad sus sueños, pero cada elector tiene el conocimiento para separar los sueños de las realidades, así sean dolorosas e insoportables.

En cada elección hay millones de engañados, mentidos y desilusionados.