Maquiavelismo en el poder

Rodrigo Contero Peñafiel
Rodrigo Contero Peñafiel

El poder que proviene de personas que pueden corromper por completo sus emociones, para conseguir logros egoístas personales y de grupo, que manipulan de una forma enérgica y engañan a la gente para que sigan fielmente sus intenciones, que muchas veces no les permite darse cuenta de lo que están haciendo, se llama “poder maquiavélico”. Sus formas son tan oscuras y retorcidas que mucha gente no logra entender cómo pueden existir poderes tan nefastos con el único fin de engañar, sembrar el caos y la confusión en una sociedad que busca replantearse un destino de adelanto y progreso.

Las funciones del Estado se encuentran tan ultrajadas —no se sabe quién o quiénes son los que tienen el poder de manipular, en un país donde se metió la mano a la Justicia para tener el control de todos los poderes y las masas— que no importa la calidad de vida de las personas con tal de beneficiarse a sí mismos y sus equipos de subyugados, preparados para hacer que el populismo brote en el país como un movimiento con fines políticos que perdure en el tiempo y que controle el Estado en favor de un líder maquiavélico, que continúa enredando a la Justicia y eludiendo responsabilidades a sus militantes dogmatizados.

Algunas instituciones del Estado han perdido la eficiencia o sus integrantes no están capacitados para esas funciones. No es posible que los poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Electoral y de Participación Ciudadana hayan entrado en una pugna, reviviendo los rasgos característicos del maquiavelismo en el siglo XXI. Sus acciones no revelan una comprensión profunda de su propia identidad. La astucia en sus actuaciones demuestra inconsistencia y una combinación entre picardía y engaño; y, sus acciones carentes de valores siempre están ligadas a la corrupción, por eso la gente los mira como peones en un juego de ajedrez.

El alto grado de manipulación por intereses políticos y personales para ocupar posiciones de representación los delatan: fotos, tuits y videos muy comprometedores. La conducta humana puede ser manipulada de muchas maneras puesto que existen muchas formas de ocultar sus verdaderas intenciones. Los hechos hablan por sí solos.