Militares disfrazados

Manuel Castro M.

No hay que ser clarividente para entender de una manera simple y lúcida que no habrá elecciones, si las hay, legítimas y transparentes en Venezuela. Maduro y dizque su sociedad civil y revolucionaria no lo permitirán. Precisamente en estos días la represión se intensifica con autoridades electorales, jueces del régimen y violencia gubernamental, con militares disfrazados de civiles, ya sea para impedir la concurrencia a las urnas o para obligar el voto para el candidato oficial que será Maduro. Los regímenes totalitarios no entregan el poder. Corina Machado, la candidata de la oposición con posibilidades de triunfo está impedida de presentarse, al igual que otros posibles competidores.

Cuba es un problema añejo, donde no hay democracia ni libertades, solo hambre, miseria y fuga de sus nacionales. Pretextos no faltan para sus tribulaciones económicas. Si gobernaran verdaderos patriotas dejarían el poder, se olvidarían de un régimen totalitario que ha fracasado, con economía centralizada. No permitirán sus ‘capos’ elecciones libres, si eso no funciona en el socialismo, o marxismo leninista. No hay que olvidar que el régimen comunista tardó en la Unión Soviética 83 años para desaparecer, sumido en el fracaso y la desesperanza, antes de admitir millones de ejecuciones, prisiones y ausencia total de libertades.

Nicaragua es el triste ejemplo de una dictadura nada democrática, cuyas cabezas son Ortega y su esposa. Dictadura sostenida también por militares disfrazados de ciudadanos civiles. Jamás se permitirá elecciones libres, pues ya experimentó Ortega rechazo en las urnas. Iglesia, sociedad civil, periodistas, intelectuales, luchan inútilmente porque Nicaragua recobre sus valores democráticos. Tienen encima los fanáticos revolucionarios, militares obsecuentes. Y el miedo, ante la muerte y represión, impide poner coto ante tantos abusos.

En México las artimañas han funcionado a medias. López Obrador solo es lento para hablar, en lo demás es un ágil manipulador, pues ya impuso su candidata para las elecciones del 2024, como el PRI mantendrá la “Dictadura perfecta”, como la definió Vargas Llosa. Argentina tiene a su peronismo militar y fanático, que parece que no le importa los latrocinios de sus inmediatos gobernantes. A Bolivia quiere regresar Evo. A Ecuador Correa por interpuesta persona. Personajes que quieren el poder a toda costa.

Los conflictos en estos países no se solucionarán agrediendo sus soberanías, sino cuando sus militares actúen legalmente, de acuerdo a su oficio de protectores permanentes del país, no como represores y mantenedores de dictaduras totalitarias.