Los muertos de tercera

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Carlos Freile

No se requiere fungir de sabio de la Grecia para darse cuenta de que las informaciones ofrecidas por los grandes medios de comunicación mundiales obedecen a determinados intereses de ciertos grupos de poder. Como es natural, a nosotros nos preocupa la Guerra de Ucrania por las consecuencias negativas en nuestra economía, que se agravarán con la escalada de violencia. Pero a los centros del poder también les conviene que centremos nuestra atención en ese escenario, pues allí se juega la permanencia, aumento o declive de su capacidad de dominio global.

Hoy nadie se acuerda del conflicto en Siria, como si ya hubiese terminado. Y no, sigue vigente y provoca muertes a diario. En este momento en varios lugares combaten diversos grupos por varias razones; en otros se dan auténticas invasiones con las correspondientes matanzas con el fin de obligar a la población sometida a convertirse al islam. En Mozambique, en Nigeria, en Uganda, en Burkina Faso, en Sudán…, combatientes irregulares asesinan a personas absolutamente indefensas sin que nadie publique la macabra noticia. Testigos presenciales informan que los guerrilleros preguntan a la gente: “¿Eres católico?” Si la respuesta es afirmativa, de inmediato viene el disparo en la cabeza o el golpe con el machete con la explicación inmediata: “Solo queremos el islam”; quienes así actúan se definen como soldados del Estado Islámico (ISIS) u otras organizaciones similares. Pero de esto nadie habla; la guerra no compete ni a los europeos ni a los norteamericanos, en consecuencia esos muertos no cuentan, son personas de tercera categoría. No existen para las estadísticas de los cultivadores de la “corrección política”.

¿Cuántos lectores han leído comentarios sobre la Guerra de Tigray? Con certeza ni sabrán dónde queda (es parte de Etiopía, al Norte) y allí ocurren cruentos combates por razones políticas, étnicas, económicas… desde hace varios años; la población sufre hambre, miles de niños mueren, proliferan las enfermedades… Pero, al mundo de los tik-tok y de los e-mails y de los twits, esas personas no interesan, son muertos de tercera.