Comunique, presidente

Italo Sotomayor Medina

Italo Sotomayor Medina.

Este gobierno tiene muchos males, entre los principales, la forma en la que comunica sus obras, proyectos e ideas. En un año y cuatro meses, ya va por su tercer Secretario de Comunicación y ninguno atina en ser eficiente en la distribución del discurso oficial. No hay estrategia, ni planificación.

Puede no parecer importante, pero el manejo político y gubernamental requiere de una gestión comunicacional que aclare y no oscurezca. El gobierno puede cometer errores, no es infalible, sin embargo, no puede permitirse retractarse tanto y tantas veces. No por falta de humildad, sino porque corre el riesgo de parecer poco serio con los datos y explicaciones que lanza a la ciudadanía. Estuvo mal cuando en una reciente entrevista mostró sin mucho acierto, empastado y con una bonita carátula, el plan de seguridad nacional; y, estuvo aun peor, cuando confirmó la muerte de la cadete Verónica Songor, en medio de su discurso por los festejos a Guayaquil.

La lista continúa; lamentablemente, no es corta. ¿Ya se olvidó de cuando acusó a varios asambleístas de supeditar sus votos para la Ley de Inversiones a cambio de cargos públicos — y luego pidió que se archivara la denuncia en la Fiscalía—? ¿No se acuerda de cuando dijo que había ordenado la baja de una serie de generales de la Policía Nacional y seguían sentados en sus puestos? ¿Le suena cuando aseguró que el avión Legacy estaba vendido a Colombia y el presidente Duque salió a desmentirlo? Un desatino tras otro.

La palabra presidencial, ya sea para declaraciones de prensa o para pactos políticos, se encuentra en niveles críticos. No se puede confiar en la veracidad de sus dichos, cuando le bastan los caracteres de un tuit para dar marcha atrás y disculparse por sus imprecisiones. Falta cuidado, rigurosidad, pero muy especialmente, un verdadero equipo asesor que proteja al presidente. Alguien, de forma urgente y sin dilaciones, debe aconsejarle que deje de lado las transmisiones en vivo desde pistas de aterrizaje, los edificios con identidad de género y los juegos con las llaves en la entrega de viviendas; su imagen tan venida a menos (aunque le importe un bledo), necesita un retoque. Caso contrario, ¿qué será de Lasso ante el referéndum y las próximas elecciones seccionales? Veremos.

@ItaloSotomayor
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