Los mártires…muchos niños

Una gran lección fue la jornada del 1 de mayo de hace 136 años. Los hechos, hoy los  celebramos y a la vez, protestamos porque las reivindicaciones sociales no llegan.

En este año: caminatas, carteles, consignas, gritos y discursos, porque la  situación social se ha agudizado y en nuestra patria con más indicadores: inequidad, pobreza, injusticia, violencia, crímenes, robos, corrupción; problemas que aunque no se desean reconocer  son causados por la interrupción o la poca calidad del proceso de desarrollo humano llamado educación.

Estamos mirando a diario a un capital humano que se esfuma y lo constatamos día a día  en las calles o en el campo: niños y adolescentes deambulando y laborando sin voluntad propia en tareas peligrosas y con insignificante remuneración.

Trabajo infantil con cifras escandalosas, millones a nivel mundial y en Ecuador, 420.000 que están fuera del sistema educativo, produciendo  estancamientos: cognoscitivos, sociales y morales, provocadores del cometimiento de las anomalías peligrosas y perjudiciales ya señaladas.

El 2021 fue declarado el Año Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil y en el 2025 se espera, en el mundo, su desaparición. Supuestamente nuestro gobierno en el Plan Nacional de Desarrollo declara: proteger a la familia, eliminar la pobreza y garantizar una mejor educación, aspectos que aunque son claves, nos quedan muchas dudas.

Pero no solo los representantes de las funciones del Estado son los responsables, también es la actitud social. Por un lado se comprende que el trabajo es importante para la producción; por otro, se lo transforma en un medio de explotación, cuando lo cierto: “es lo único que puede garantizar una libertad completa”.

Feliz Día del Trabajo, pensando en no quitar los sueños de niños y adolescentes, en no perpetuar la pobreza, desnutrición, desempleo, analfabetismo. No virando el rostro cuando las miradas buscan a veces desesperadamente protección y ayuda.

Los obreros de Chicago fueron los mártires en 1886. Hoy se suman muchísimos niños y jóvenes  víctimas del hurto a sus derechos. Ellos pierden más de lo que ganan, al trabajar.