La venta del banco, banco

El Banco del Pacífico, según datos de la prensa nacional, arroja estas cifras en la actualidad, lo que nos permite tener una idea de su avalúo: 803 millones de patrimonio, casi 100 agencias, un tamaño de casi USD 7 billones (mil millones) en activos, dos y medio millones de clientes, algo menos de 900 cajeros automáticos y centros virtuales, y 15 000 corresponsales no bancarios. Es por cuota de mercado, el segundo banco del país en cuanto a captaciones de depósitos: casi el 14%.

Este banco siempre fue privado, nunca público, ni ha cambiado su naturaleza; eso hay que tenerlo muy claro. Jamás ha sido un banco estatal, lo que pasa es que después de la crisis de finales de los noventa, tuvo serios problemas de viabilidad y fue rescatado por el Banco Central con el responsable compromiso de devolverlo a su habitual vida, esto es dejarlo en manos privadas.

El gobierno actual tiene el afán de venderlo cuanto antes y eso es un proceso que demorará unos buenos nueve meses o un año si las cosas salen organizadamente.

Ciertamente hay sectores vinculados con la izquierda que siempre se han opuesto a que los bienes estatales se hagan particulares, que no es el caso del Banco del Pacífico, porque bien sabemos que nació con capitales privados y así se debe mantener una vez que fue salvado de su inviabilidad y su venta le puede dejar un buen remanente a las necesitadas arcas fiscales.

La gente dice lo que se le ocurre; por ejemplo, que el máximo interesado en la venta es el presidente Lasso porque tiene afanes de comprarlo. Rumor sin fundamento; más bien se pretende colocarlo en manos privadas extranjeras para que lleguen nuevas prácticas bancarias que dinamicen ese sector.

El Estado siempre ha sido un mal administrador de los bienes que por cualquier circunstancia le han correspondido. La corrupción ha sido la negra nube sobre la que se han enriquecido los pícaros de turno.

Recuerdo que el presidente Correa ofreció vender con premura los canales incautados — TC y GamaTV—, pero nunca lo hizo pues descubrió que eran una ventana de ingreso a públicos cautivos. Junto con Ecuador TV, se convirtieron en la maquinaria publicitaria gubernamental, para sostener la imagen y popularidad del correato.

Si para el Banco del Pacífico hay una oferta que valga la pena y los fondos se destinan, como lo ha dicho el régimen, a combatir la desnutrición crónica infantil u otras obras de interés social prioritario, tendrá que venderse, al margen de los pensamientos “ideológicos” de izquierda, que piensan que la propiedad sobre ciertos bienes y la estatización de ciertos servicios nos dan una mejor vida, cosa que en la realidad no se ha visto en ningún país del mundo que haya adoptado el sistema socialista para su administración.